martes, 13 de mayo de 2008

Sobre la libertad.

La libertad, entendida en su dimensión social, no escapa de los cánones de tipificación al cual responden los individuos que la realizan. En este sentido, es una práctica socialmente realizable y racionalmente condicionada. Ahora bien, dado su condicionamiento, en su alcance extremo; la libertad no es aceptada, puesto que conspira contra los cánones que la forman. Por lo tanto esta libertad, entendida en su dimensión social, que se nos muestra como un objeto reducido y determinado; no es tal, o al menos no es la única forma.
La libertad es un término del lenguaje que, de acuerdo a cada estructura cultural, porta significados y esos significados son sus condiciones de posibilidad, su alcance causal. ¿Significa lo mismo ser libre en Francia, que ser libre en Nigeria?
Si bien la libertad en su dimensión social no es la única forma de hablar sobre ella, ¿existiría de no ser por la existencia de la realidad social, quiero decir: habría tal concepto? Es una pregunta que ataca al mismo corazón de la cuestión, porque se podría dar vuelta la pregunta: ¿existiría la realidad social de no existir la libertad? Por esto considero en primera instancia que la libertad es un concepto social, cuya naturaleza solo es concebible en tanto efectivizada como práctica por un individuo social que se desenvuelve en una realidad social.
Muchos dirían: la libertad es hacer lo que uno quiere, o poder pensar lo que se quiere, o; la libertad es no depender de nadie, o poder ir a todas partes, la libertad no es estar preso, ¿y la libertad no es la indefectible acción de hacer lo que uno quiere, o pensar lo que se quiera; o peder ir a todas partes, o querer no estar preso?
En estos límites, la libertad es muchas veces entendida coma la acción de elegir. Pero si es así, cada individuo esta obligado a actuar eligiendo. En consecuencia la libertad no es libertad, en el sentido de que la acción sea plenamente consciente y realizable a voluntad del sujeto, si no que es la obligación de elegir. Ese sería uno de los significados, pero es un significado que entra en tensión con los otros significados de la palabra, los significados vulgares. ¿Porque se nombra a la obligación de elegir con el nombre “libertad”, cuando ese nombre articula significados que no siempre responden a lo que nombra?
Los significados que enumeramos mas arriba demuestran que la libertad es solo concebible dentro de cánones sociales, y por eso es una práctica, o acción, o tarea; que solo es realizable en una realidad social. Se dijo, por ejemplo: “es hacer lo que uno quiere”. ¿Qué es hacer lo que uno quiere? Es, o bien no hacer siempre lo que uno tiene que hacer, o bien hacer lo que uno no puede hacer. ¿Y que es eso, sino lo que nuestras prácticas, nuestras tareas, no nos dejan hacer?
La libertad siempre es pensada en términos de prácticas sociales, de su no realización y de su penalización. Siempre, aunque que se haga lo que va completamente ajeno las prácticas sociales, ese hacer es una práctica social más. Basta solo con ser un “mendigo” para ya tener una práctica social que debe ser realizada. Entonces: o la libertad es la esperanza de hacer lo que no sea nuestras prácticas sociales, o es la realización de nuestras prácticas sociales.
El problema es si es posible siquiera imaginar el hacer lo que no sea nuestras prácticas sociales. Esto nos conduce a la arena de lo natural, es decir; a pensar al sujeto humano fuera del ámbito social. ¿En ese sentido, es posible ser libre en un ámbito tal? ¿Qué sería la libertad en dicho ámbito?
Si mantenemos lo dicho, y la libertad es la obligación de elegir, caemos en la cuenta de que hay una diferencia fundamental que se refiere al objeto de la elección. No es lo mismo elegir inmerso en una realidad social, a elegir en una realidad natural. Pero eso ¿afecta el significado mencionado de libertad?
A primera vista, en ambos ámbitos, la acción indefectible de elegir está presente. ¿Qué hay de los objetos de la elección? No son los mismos, no hay duda. Para buscar pistas podemos ir al sujeto que elige y ver si es el mismo en uno u otro ámbito. En primer lugar un sujeto pensado fuera de la realidad social ya no sería tal, sería un ente individual pensante. Y al no ser los mismos los objetos de la acción de elegir, el desenvolvimiento en lo que rodea es diferente. Por eso en un ámbito natural, la libertad ya nunca está siendo. La libertad carece de significados en dicho ámbito porque no están para ser realizadas las prácticas sociales que constituyen sus condiciones de posibilidad, y es en esas prácticas donde la libertad se realiza.
En consecuencia: la libertad, por ser un término del lenguaje y un concepto que pertenece a la representación de la realidad social, muestra que es una acción solamente realizable y existente en una realidad social establecida.
El ente individual pensante solo puede abarcar o entender un cierto conjunto de variables causales que son causa de sus acciones y un cierto conjunto de efectos, y eso es lo que llama “libertad”. Pero desconoce y le es completamente ajeno el conjunto infinito de variables causales que lo condicionan. ¿Pero debido a qué?
¿Cuál es la realización de la libertad? Las prácticas sociales que un sujeto social realiza en una realidad social. Ya dijimos que la no realización y la penalización juegan roles importantes en su realización efectiva. ¿Qué roles juega? De la no realización depende el hecho de ser libre. Si estamos obligados a ser libres, es decir; si no podemos ir en contra de la indefectible acción de elegir, entonces; si existiera la posibilidad de no actuar eligiendo ya no seriamos libres. En la realidad social se actúa eligiendo, pero no cualquier elección es considerada válida. Aquí entra en juego la penalización, que especifica los límites que tiene "el hecho indefectible de elegir" por parte de los sujetos sociales. La penalización es la moralización de acto de elegir, es la carga a nivel colectivo e individual, que porta cada sujeto en cada acción en la realidad social. En consecuencia, para ser libre, además de realizar efectivamente su acción de elegir, el sujeto social tiene que ser responsable de las elecciones. Esto es, la penalización con la que carga es tan densa que ninguna acción es libre de hacerse o no, porque dicha acción está, para ser realizada, implícita en una práctica con fines específicos. Por esto, la libertad es una práctica social que el sujeto realiza pero que, en tanto acción en sí, no controla plenamente. No es libre la acción en sí del sujeto, y tampoco la práctica que con esa acción se realiza.
Todas las acciones son prácticas sociales específicas que tienen, mas allá del sujeto; fines específicos. En la sociedad, los fines están implícitos, primero en las prácticas sociales y después en los sujetos que las realizan al elegirlas. Por eso es necesario que la responsabilidad sea la realización a nivel individual de la libertad.

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